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La primera vez que vi el 10 de Copas en el tarot de Rider-Waite, me recordó a un libro de autoayuda, que te plantea un problema y te ofrece la solución para alcanzar un estado ideal de felicidad perpetua.

Me hizo pensar en cómo, en nuestra sociedad, siempre se nos vende la idea de que debemos buscar incansablemente la felicidad, evitando transitar por otros estados emocionales.

Es como si el bienestar solo pudiera existir en la forma de una alegría constante, cuando en realidad la vida es mucho más compleja y rica que eso.

Y el bienestar es un camino a recorrer, es un proceso.

La psicología positiva nos dice que la amplitud y la abundancia relacional de las emociones que experimentamos es más importante para nuestro bienestar que la búsqueda de una felicidad continua.

El bienestar se encuentra en ser capaces de vivir y aceptar una amplia gama de emociones.

Esta idea tiene mucho sentido: es la diversidad emocional la que realmente nos permite estar en equilibrio con nosotros mismos y con los demás.

Al mirar el 10 de Copas bajo esta luz, veo que no se trata de la felicidad absoluta o sostenida.

Ese arcoíris que brilla detrás de las copas no es una promesa de alegría eterna, sino un símbolo de la variedad emocional que acompaña a un estado de bienestar.

El arcoíris, con sus múltiples colores, nos recuerda que la vida está compuesta por una rica gama de experiencias emocionales, y que el verdadero bienestar surge cuando somos capaces de transitar por todas ellas.

El 10 de Copas nos habla de un cierre de ciclo emocional y afectivo. 

Es el momento en el que alcanzamos un estado de armonía y gratitud.

No es una felicidad superficial o constante, sino una sensación más profunda de haber logrado algo significativo en el plano emocional.

Es el bienestar que surge de haber trabajado en nuestras relaciones, de haber aprendido a amarnos a nosotros mismos y de haber cultivado una conexión con los demás.

En este punto, el avance emocional nos lleva a experimentar gratitud por lo que hemos alcanzado y por lo que hemos aprendido a lo largo del camino.

El amor propio también juega un papel fundamental aquí, ya que el 10 de Copas nos invita a reconocer que hemos llegado a este estado de bienestar no solo a través de nuestras relaciones con los demás, sino también gracias al crecimiento y la sanación que hemos experimentado a nivel personal.

La gratitud, el amor propio y el sentido de plenitud que encontramos en el 10 de copas nos permite avanzar con confianza hacia nuevas experiencias.

Por eso, en la imagen del tarot de Marsella, la copa que tiene un oro, el nuevo comienzo.